5 consejos para cuidar tus anillos de oro
Un
anillo de oro o cualquier otra joya de oro suelen tener un valor económico importante, pero habitualmente el valor sentimental es aún superior. Por eso necesitamos cuidar los anillos de oro para que luzcan siempre como el primer dÃa.
El oro es un metal precioso muy duradero, pero resulta realmente blando. Por esa razón no se puede trabajar normalmente en su estado puro, es decir, en 24 quilates, sino que es necesario combinarlo y mezclarlo con otros metales dando lugar a las denominadas aleaciones. Las más comunes son las de 18 y 9 quilates, que le dan al oro esa gran resistencia que no posee y que convierte estas piezas en además de preciosas, duraderas y robustas. Pero a pesar de ello conviene tener en cuenta una serie de cuidados especÃficos y sencillos.
A veces la primera pregunta que surge es, si se trata de un material tan resistente y duradero, ¿por qué necesita tantos cuidados? Pero no son tantos los cuidados que requieren los anillos de oro, y son muy sencillos de realizar. Si los introducimos en la rutina de forma periódica veremos que a pesar de que los años van pasando nuestros anillos de oro se mantienen tan radiantes como el primer dÃa.
Y es que las cremas, el sudor, el polvo, la contaminación medioambiental, el maquillaje o los perfumes pueden afectar a los anillos de oro y hacer que poco a poco vayan perdiendo su caracterÃstico brillo.
AsÃ, algunos consejos para cuidar tus anillos de oro y que luzcan como el primer dÃa son los siguientes:
-Utilizaremos un pañuelo suave, limpio y seco, y con él frotaremos el anillo suavemente cuando nos lo quitemos. Es un gesto muy sencillo y rutinario, que nos llevará sólo unos minutos y notaremos a la larga cómo funciona.
-De vez en cuando, por ejemplo, una vez al mes, podemos limpiar nuestros anillos de oro un poco más en profundidad. Es sencillo, sólo tenemos que lavarlo con un jabón neutro tipo Marsella y frotarlo suavemente con un cepillo de dientes (un cepillo suave). Después lo secaremos con un paño o gamuza y asà recuperará rápidamente el brillo. También podemos recurrir a la pasta de dientes en vez de a un jabón neutro. Pero en cualquier caso el aspecto del anillo antes y después de esta rápida y sencilla limpieza, será más que diferente. Los resultados son más que notables y satisfactorios.
-En ocasiones, más que realizar algún tipo de rutina de limpieza, lo que deberemos tener en cuenta para cuidar de nuestros anillos de oro, u otras piezas de oro, es que determinados elementos pueden dañarles o deteriorarles poco a poco. Asà conviene quitarse los anillos de oro â u otras piezas- cuando vamos a nadar en la piscina o en el mar. El agua con cloro y el agua del mar, aunque no los estropearán, no son recomendables si nuestros anillos están constantemente contactando con este elemento.
-Podemos recurrir también al bicarbonato sódico diluido en agua, ya que favorece el desengrasado de los anillos de oro aunque tengan diamantes. Eso sÃ, lo haremos siempre con cuidado y delicadeza y después de lavarlos los secaremos con un paño o gamuza. El resultado también es muy llamativo después de hacer esta limpieza, y no es necesario hacerla de forma muy habitual, pero sà tenerla en cuenta si notamos que nuestro anillo de oro ha perdido parte de su brillo y aspecto inicial.
-Al igual que no es recomendable llevar las piezas de oro cuando vamos a nadar a la piscina o al mar, tampoco es recomendable si vamos a manipular productos quÃmicos o cuando vamos a realizar cualquier tipo de trabajo que implique ensuciarnos las manos. Pero por supuesto si vamos a pintar, a limpiar en profundidad una cocina o cualquier otro trabajo que implique utilizar productos agresivos, es mejor dejarnos los anillos de oro en el joyero.
-Otro método para cuidar y limpiar tus anillos de oro es muy sencillo y eficaz. En un cuenco con agua templada y unas gotas de detergente suave, introduciremos nuestro anillo de oro. Importante recalcar que el agua esté templada, porque deberemos sumergir nuestro anillo de oro durante al menos 15 minutos en ella y si el agua está muy caliente quizás no soportemos la temperatura. Transcurrido esos minutos, la sacaremos y la limpiaremos con un cepillo de dientes de cerdas suaves. A continuación, sólo tendremos que aclararla con agua limpia tibia y secarla con un paño.